Sentada me hallo
sintiéndome hundida
por razones que rechaza
mi mente furtiva.
Mi dolor grita
y necesita ser escuchado
mas todos andando pasan
y el día no se ha acabado.
Es increíble lo largo
que puede ser el día
a quien lo le escuchan
ni las paredes más frías.
miércoles, 15 de febrero de 2017
Vacíos.
Estoy buscando a la certeza,
sin ella me siento dubitativa,
me dijeron que anda en mi cabeza
pero no estoy segura de mí misma.
A la luz también la estoy buscando
para que me ilumine la vida.
Con la oscuridad me hallo luchando,
pero lo cierto es que estoy perdida.
¿Y mi tiempo sabéis dónde está?
Salió volando ayer hacia el mar.
Si lo veis decidle que vuelva
que lo necesito para estudiar.
sin ella me siento dubitativa,
me dijeron que anda en mi cabeza
pero no estoy segura de mí misma.
A la luz también la estoy buscando
para que me ilumine la vida.
Con la oscuridad me hallo luchando,
pero lo cierto es que estoy perdida.
¿Y mi tiempo sabéis dónde está?
Salió volando ayer hacia el mar.
Si lo veis decidle que vuelva
que lo necesito para estudiar.
Historia Compartida
Hoy es el día en el que puede cambiar toda mi vida. Las decisiones que tomamos en un momento de nuestra existencia son las que cambian nuestro camino.
Me llamo Idarra y puedo aparentar ser normal, pero no la verdad es que no lo soy. Me encanta observar como mi vecino se sienta en la cafetería de enfrente y se toma todas las mañanas su café leyendo, muy concentrado, su periódico o como la señora Ortega saca, muy puntual, a su perro a las ocho en punto con un sombrero nuevo cada día. Puntualidad y extravagancia. Ambas dignas de admiración.
Para mi no hay nada mejor que un cuaderno en blanco para escribir, aunque muchas veces me de vergüenza ensuciar una hoja con mis tonterías. Desde que mis padres se separaron es lo que más hago, escribir.
Entiendo perfectamente que cuando no hay amor, lo mejor es separarse para no causar más daño. Pese a eso, mis padres se llevan muy bien.
Mi padre vive en Madrid y yo vivo con mi madre en Granada; es una ciudad mucho más tranquila, además no me considero capaz de mudarme a la capital. Sin embargo, todo apunta a que en un par de meses me mude debido a que la carrera que quiero estudiar, solo está allí.
Hoy es 23 de Diciembre. Suelo pasar la Navidad con mis padres. Mi padre viene de Madrid expresamente para estar con nosotras. Es raro, quizás Navidad nos hace querer estar al lado de nuestra familia (o lo que queda de ella). O quizás sea por mi, por hacerme la infancia más bonita y menos traumática.
Este año no podrá venir por problemas de último momento en el trabajo. Mi lado derecho dice que no importa, ya paso todo el año con mi madre (a la cual adoro), que por unos días más ni se notará su falta. Mi lado izquierdo (más sensible) le echará de menos. El poco vínculo de afecto que hay entre nosotros se esfuma cada vez más rápido, más incluso que un verano. Pero estamos en invierno, y hace frío. Casi son las doce de la noche. Pienso en mañana. Enciendo el ordenador. Google. GoEuro. Granada. Madrid. Dos billetes. ¿Día? .... Mañana. Al mediodía. Comprar. Enter.
Me llamo Idarra y puedo aparentar ser normal, pero no la verdad es que no lo soy. Me encanta observar como mi vecino se sienta en la cafetería de enfrente y se toma todas las mañanas su café leyendo, muy concentrado, su periódico o como la señora Ortega saca, muy puntual, a su perro a las ocho en punto con un sombrero nuevo cada día. Puntualidad y extravagancia. Ambas dignas de admiración.
Para mi no hay nada mejor que un cuaderno en blanco para escribir, aunque muchas veces me de vergüenza ensuciar una hoja con mis tonterías. Desde que mis padres se separaron es lo que más hago, escribir.
Entiendo perfectamente que cuando no hay amor, lo mejor es separarse para no causar más daño. Pese a eso, mis padres se llevan muy bien.
Mi padre vive en Madrid y yo vivo con mi madre en Granada; es una ciudad mucho más tranquila, además no me considero capaz de mudarme a la capital. Sin embargo, todo apunta a que en un par de meses me mude debido a que la carrera que quiero estudiar, solo está allí.
Hoy es 23 de Diciembre. Suelo pasar la Navidad con mis padres. Mi padre viene de Madrid expresamente para estar con nosotras. Es raro, quizás Navidad nos hace querer estar al lado de nuestra familia (o lo que queda de ella). O quizás sea por mi, por hacerme la infancia más bonita y menos traumática.
Este año no podrá venir por problemas de último momento en el trabajo. Mi lado derecho dice que no importa, ya paso todo el año con mi madre (a la cual adoro), que por unos días más ni se notará su falta. Mi lado izquierdo (más sensible) le echará de menos. El poco vínculo de afecto que hay entre nosotros se esfuma cada vez más rápido, más incluso que un verano. Pero estamos en invierno, y hace frío. Casi son las doce de la noche. Pienso en mañana. Enciendo el ordenador. Google. GoEuro. Granada. Madrid. Dos billetes. ¿Día? .... Mañana. Al mediodía. Comprar. Enter.
lunes, 6 de febrero de 2017
Si fuese valiente
Si fuese
valiente, todo cambiaría.
Estoy a un paso
de demostrarlo
Pero dejo que
gane mi cobardía.
Mañana será
diferente, me repito.
O al menos eso
quiero creer.
Pero a quien
engaño, no es distinto
Y así vuelvo a
donde estaba ayer.
Si fuese
valiente, esto terminaría.
Diría "se
acabó"
Y mi felicidad
por siempre perduraría.
Pero no lo soy, así
que me retiro.
Otro día pasa,
pero para mí siempre es lo mismo.
Parece que nadie
más lo nota,
parece que nadie cree que existo.
No me ven y eso
hace que me alegre.
Ser ignorante
está bien,
pero ser invisible me conviene.
Si fuese
valiente, me reprimiría a mí misma.
Respiraría hondo
y
esperaría a que todo acabase sin prisa.
Pero no lo soy y
vuelvo a mi rutina.
He cogido un
bolígrafo
pero no he escrito gran cosa.
¿Cómo se despide alguien
que piensa que
al mundo no le importas?
Si fuese valiente
lo haría.
Escribiría mi
carta de renuncia.
Contaría todo lo que perturba mi mente
y a nadie le echaría
la culpa.
Pero no lo soy
así que cierro el cajón.
Noto como se
resbalan mis lágrimas,
Solo me queda una
opción.
Sin embargo no
soy valiente,
Así que sola me
quedo con este dolor.
Esperanza
Querida
Esperanza:
Creo que me
rindo.
Ya no resisto y
además creo que te he perdido.
Ya no veo el sol,
todo está oscuro
Ya no te siento
como solía hacerlo.
Al fin ha
acabado, no quiero luchar más
De todas maneras,
¿para qué?
Todo seguiría
igual.
Así que lo
siento, tal vez ni me perdonarás
Pero el dolor que
yo siento no se puede curar.
Querida esperanza
me tengo que marchar.
Pero espero de
veras que a otros hagas cambiar.
El final
¿Quiénes somos y adónde
vamos?
¿Quién puede
responderme?
Desde pequeños
nos enseñan a levantarnos
y mirar
siempre hacia el frente.
¿Para qué? ¿Hacia
dónde?
¿Tal vez haya un límite?
¿Una señal, algo,
que te avise que lo conseguiste?
Si alguien tiene
la solución, por favor que la comparta.
Necesito llegar
al final...
Necesito saber
que se acaba.
Espacio no patrocinado
Blanca Navidad,
no pares de comprar.
El consumismo se convierte en una
deidad,
momentánea felicidad que
enmascara la realidad.
Sólo caben buenas acciones en esta
festividad; no sabía que el año tiene
un mes nada más.
Si hay algo por lo que brindar,
será por el lazo familiar
y el significado real de la Navidad,
tapado por los carteles de publicidad.
no pares de comprar.
El consumismo se convierte en una
deidad,
momentánea felicidad que
enmascara la realidad.
Sólo caben buenas acciones en esta
festividad; no sabía que el año tiene
un mes nada más.
Si hay algo por lo que brindar,
será por el lazo familiar
y el significado real de la Navidad,
tapado por los carteles de publicidad.
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